Termina octubre mes misionero extraordinario convocado por el Papa Francisco para despertar la conciencia de la misión y retomar con nuevo impulso la responsabilidad de proclamar el Evangelio de todos los bautizados.
Entrevista Pablo

Entrevista Pablo

Misionero ha sido durante 19 años Pablo Labrado, sacerdote de la parroquia María Auxiliadora de Puertollano. Con él hemos hablado para que nos cuente su labor en África y desde hace unos años aquí en la ciudad.

¿Pablo, cómo surge tu vocación misionera?
P: Estando en el Seminario de Arévalo ya estaba metido en el grupo misionero, la revista Gesto y Aguilucho me gustaba recibirla…
Cuando estaba de estudiante de filosofía en Salamanca, ya salesiano, me dijeron si quería tener una experiencia de dos meses para trabajar en el verano en Malabo y es cuando por primera vez salí de España y la verdad fue una experiencia muy gratificante, verano del 88. Después en el bienio estuve dos años en Bata, lo que llamamos experiencia salesiana en una comunidad. Y así poco a poco se fue fraguando mi vocación salesiana misionera. Es en el 1995 cuando me ordeno de sacerdote y me enviaron a Guinea donde comencé en Bata, después Malabo y finalmente de director en Micomeseng, hasta el año 2009 es cuando regresé.
 ¿Cuál es la labor que estáis realizando los salesianos en Guinea Ecuatorial?
P:  Las tres comunidades que hay en Guinea estamos desarrollando un trabajo de promoción a los jóvenes que vienen a nuestros centros educativos y a nuestras parroquias: colegios españoles, centro de formación profesional, instituto y las tres parroquias que tenemos en casa zona: Malabo, Bata y Micomeseng. Dentro de las parroquias hay varias capilla donde asistimos los fines de semana para realizar la labor de evangelización: catequesis, misas, celebraciones de la palabra, fiestas de poblados, funerales, bautizos, bodas etc…
También ayudamos a las capellanías de algunas religiosas y en los dispensarios que algunas hermanas llevan en el País.
¿Cuáles son los principales problemas que encuentras en Guinea?
P: Más que problemas yo diría retos que son difíciles de afrontar. La misma situación política del país, crea una gran inseguridad en todos los sectores sociales; se ve una minoría muy rica y una gran mayoría muy pobre. La verdad que nadie pasa hambre pero si hay mucha necesidad en los diferentes campos de una estructura social normal: alimentación, medicinas, recursos de mantenimiento, tendido eléctrico, falta de higiene y servicios mínimos que respondan al desarrollo normal del ser humano.
 ¿Qué proyectos son los que has realizado en esos 19 años allí?
P:  La verdad que son muchos hay algunos muy sencillos y otros complicados por ejemplo material escolar para alumnos, gafas o lentes para gente mayor, pozos en los diferentes poblados, construcción de Capillas en los poblados, casas “Hogares para todos” 50 casas a jóvenes, proyecto Fuerabordas de motores para cayucos, proyecto de 50 contenedores de sacos de arroz, proyecto de 6 millones de Piñas con la empresa García Carrión, laboratorio de análisis clínicos para la enfermedad de ébola o la construcción de 50 escuelas del Banco Mundial, entre otros.
¿Qué otras congregaciones están en Guinea trabajando?
P: Donde he estado hay muchas congregaciones religiosas, voluntarios y ONG. Por enumerar alguna de ellas: Claretianos,  De la Salle,  Calasancios,  Hnas. Vedrunas, Hnas. De Santa Ana, Carmelitas, Hnas. de San José de Verona,  Capuchinos,  Hnas. Del Santo Ángel,  Salesianos / Salesianas,  Hijas de los Sagrados Corazones,  Escolapios / Escolapias,  Verbum Dei,  Agustinas Misioneras,  Hijas de la Inmaculada,  Hijas de la Caridad,  Misioneras Cruzadas de la Iglesia o las  Dominicas misioneras
 Por último. ¿Alguna anécdota que recuerdas referente a tu trabajo?
P: Cuando te enamoras de Dios, cuando sabes que Dios está enamorado de ti, no te puedes callar, tienes que anunciarlo. El trato con la gente es genial, muy sencillo y cordial, muy generoso. Recuerdo la gran acogida y hospitalidad que te ofrecen cuando llegas para celebrar la eucaristía en los poblados. Al finalizar siempre te ofrecen algo de comer o agua de coco, fruta: piña, mango, papaya… Les gusta mucho cantar las canciones de la misa cuando vamos con los niños de excursión a la playa. Los niños te miran con esos ojos grandes y esa sonrisa de oreja a oreja y eso que no tienen nada… Dios está muy cerca de todos ellos y les quiere mucho.

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